Fernando Torres, tras su nefasto paso por Londres y Milán, regresa a su ciudad natal, al lugar donde más fue querido. La afición rojiblanca está ansiosa de poder ver resurgir a aquel tipo que dio tantas alegrías.
Como bien ha declarado, el Niño se encuentra "emocionado, feliz de regresar y deseando empezar", pero la tarea que tendrá que llevar a cabo en el Atleti no será fácil, ni mucho menos. Personalmente, soy de los que piensa que no va a ser fácil quitarle la titularidad a Mandzukic ni a Griezmann, y que más bien tendrá un papel secundario en el terreno de juego, aportando todo lo posible, y ganándose poco a poco la confianza de Simeone, quien es muy exigente en este aspecto.
Ahora bien, ojalá podamos volver a ver al Torres de siempre, el de la final de la Eurocopa, el que brillaba en Anfield y desataba euforia entre rojiblancos. Esperemos un buen comienzo para el madrileño y que poco a poco note la confianza de la afición, borrando así estas últimas temporadas nada productivas y muy criticadas. Un dato importante para el Niño es que no cuenta con excesiva presión, todos los atléticos están contentos con su regreso, y cualquier aportación al equipo será bien recibida.
No podemos predecir lo que va a suceder tras su llegada, pero está claro que el juego del Atleti se acomoda perfectamente a su estilo de juego, al de sus mejores años en Inglaterra. Lo más importante ahora es coger una rápida confianza con un equipo que ya está suficientemente rodado y consolidado, pero que conoce perfectamente. Un club que le vio nacer y que le verá resurgir hasta convertirse, para los más soñadores, en el mismo de siempre.
Estoy seguro de que nadie como él tiene tantas ganas de volver a ser lo que era.
Pablo